domingo, 25 de septiembre de 2016

Visita(s) al yacimiento arqueológico de Elexazar



Visita(s) al yacimiento arqueológico de Elexazar
El bueno de Juanjo Hidalgo, director de la excavación, nos ha estado dando sendas conferencias in situ, en el monte, a lo largo de este último fin de semana de septiembre de 2016, preludio de las que en un futuro próximo se proyectarán para conocer todo lo que vaya saliendo a la superficie en el yacimiento arqueológico de Elexazar de Amurrio. Para ello se tuvo que andar y repechar un corto pero intenso camino para llegar al terreno montañoso en forma de túmulo donde dicho yacimiento se asienta.
Iniciando, la inmensa mayoría de los curiosos y ávidos del saber o, al menos, conocer esta pequeña historia desconocida que la tupida vegetación se encargó de ocultar para la historia local de Amurrio y la Historia con mayúsculas, el camino ascendente en el punto de partida de la ermita de San Roque (antes San Silvestre).

Los fuertes repechos, nada más comenzar a andar la excursión didáctico montañera, nos llevaron: –a la casa forestal que ya no es tal, pues la primitiva de estilo neovasco fue transformada (ver enlace El panel explicativo que duerme en el olvido casi sempiterno), –a pasar junto a dos ericeras recuperadas y rehabilitadas y, finalmente, –al yacimiento romano de Elexazar.

 
  
Un momento de la charla informativa in situ del director de la excavación

Porque sí parece ser que es de época romana. De los ss. II y III d. C., tras los vestigios encontrados y el tipo de construcciones halladas, aunque el topónimo del lugar, en un principio, generaba dudas de un posible santuario religioso medieval (Elexazar = iglesia vieja), pero nada que ver con esto.
A lo largo de varias campañas realizadas en los últimos años en el periodo estival comprendido de julio y agosto han ido saliendo elementos que atestiguan lo anterior: un ara taurobolio (hasta el momento, la joya de la corona del yacimiento), algunas monedas de dos emperadores, etc. En estas campañas, tras la limpieza y excavación del subsuelo, se está acometiendo el asentamiento de los cimientos de habitaciones y casas con el alzamiento del emparedado a niveles comprensibles (en el mundo de la ciencia arqueológica) para su conservación y conocimiento del común, profanos en esta materia.
Así pues, ha sido esta (25-09-2016) una visita mañanera lúdico-entretenida e instructiva sobre el por qué, el cómo y el para qué de este asentamiento romano situado a 550 m de altura en plena zona de monte.
La idea principal que vuela sobre el yacimiento de Elexazar es de no cubrirlo o taparlo sino ofrecer al visitante la posibilidad de visitarlo, recogiendo su historia con paneles de información señalética. El propio Ayuntamiento de Amurrio en vista del potencial de un bien a preservar para las generaciones futuras, no tanto turístico cultural que sin duda también lo tiene, solicitará al Gobierno Vasco que el yacimiento sea declarado con la figura jurídica de “Bien Cultural calificado”.
Queda por constatar que la “joya de la corona” está y se puede ver expuesta en el Museo BIBAT de Vitoria-Gasteiz, siendo el reclamo a la entrada de este museo que reúne los museos de Naipes y el de Arqueología. Sólo queda esperar como amurriarras que su exposición en dicho museo sea sólo temporal, hasta que algún día el propio Ayuntamiento de Amurrio pueda o tenga la tentación que se le presupone de acondicionar un local museístico que reúna todos los objetos hallados (y por hallar en el futuro) en los yacimientos de su demarcación jurisdiccional.
Para los que quieran entrar en las profundidades del saber científico, dejo caer el siguiente texto publicado en la web de la extinta “Radio Ayala”, el 21 octubre 2011 por el autor y director del yacimiento.
Elexazar, el yacimiento de época romana en Amurrio, al descubierto
A finales de junio de 2009, Aunia Kultura Elkartea y el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Amurrio comenzaron a trabajar en los alrededores de este túmulo, Elexazar, hallado por un vecino de Larrinbe dentro del término municipal de Amurrio. A pesar de que en un principio parecía tratarse de una iglesia antigua, ha quedado confirmado que se trata de un asentamiento romano.
Situación y descubrimiento
El yacimiento de Elexazar se encuentra situado a 550 metros de altitud, dentro de un espacio forestal de media montaña que vertebra los valles del Nervión por el lado occidental y del río Altube por el oriental, participando de él los municipios de Orozko, Laudio, Aiara y Amurrio. En él se incluyen, de sur a norte, las cimas de Kukuzmendi (597 m) Goikomendi (613 m), Erroiatxa o Peña Negra (695 m), Eskerrola (712 m), Larragorri (749 m), Elorritxugana (721 m) y Santa Marina (675 m). Un espacio que cuenta, para el término de Amurrio, con un proyecto de intervención que ha venido desarrollándose desde hace varios años mediante actuaciones puntuales y que pretende recuperar valores naturales, paisajísticos y culturales para el disfrute de todos. Asimismo, algunos de los barrios y pueblos más antiguos e interesantes del municipio que se asientan en el entorno, caso de Larrinbe, San Roque, Mariaka, Aldama, Pardio y Ontsoño, han dejado una perceptible huella humana.
        
       Fotografía publicada por el Director de la excavación en su Facebook correspondiente a este día
 
El topónimo de Elexazar aparece documentado por vez primera en las Ordenanzas de Montes del año 1570, pertenecientes a cinco concejos: Amurrio, Larrinbe, Derendano –hoy Saratxo–, Etxegoien y Olabezar. Pero el yacimiento arqueológico no sería descubierto hasta 2009 por Andoni Aldama, una estructura tumular que ocupaba toda la cima de una pequeña colina a 550 metros de altitud, formado por un gran amontonamiento de piedras de tamaño medio y pequeño.
El nombre de “Elexazar”
La tradición oral de Amurrio decía que en Elexazar había habido una iglesia, lo cual venía avalado por la propia etimología del nombre: elexa + zahar, que significa “iglesia vieja” o “iglesia antigua”, una pista bien sugerente para iniciar las investigaciones. Sin embargo, iniciada la intervención arqueológica en 2009, pudimos comprobar que no se trataba de ninguna iglesia, sino de un asentamiento de época romana. Por tanto, la acepción del término Elexazar habría que tomarla como el recuerdo fosilizado de un lugar de culto y/o de trabajo que se ha ido transmitiendo de generación en generación, pero cuyo verdadero nombre y función, así como el momento histórico al que perteneció, habría desaparecido de la memoria colectiva y de todo registro documental a nuestro alcance.
La intervención de 2009
Primeramente, a finales de junio, desarrollamos un trabajo previo de desbroce, ya que el túmulo se localizaba en un entorno forestal, poblado por numerosos espinos y matorral que hacían impracticable cualquier trabajo en el área objeto de investigación.
A continuación, con el objeto de conocer y definir el verdadero interés arqueológico e histórico del túmulo, actuamos sobre él mediante un sondeo consistente en la realización de una trinchera longitudinal en sentido S-N de 30 metros de longitud por 2 metros de anchura. Asimismo, realizamos otro sondeo de base cuadrangular (4 m. x 4 m.) en la parte oriental del túmulo.
Desde un comienzo fueron quedando al descubierto una serie de muros que formaban parte de una construcción mayor, de planta rectangular, constituida por cuatro dependencias o recintos, separados unos de otros por muros divisorios que apenas llegaban, en el mejor de los casos, a los 50-60 cm. de altura –entre seis y siete hiladas de piedra–, con una anchura homogénea de 48-50 cm. La longitud total de la construcción era de 13,75 metros (ENE-OSO), por otros 3,75 metros de anchura (NNO-SSE). Hay que señalar, no obstante, que los restos de muros que se conservan están arrasados prácticamente a nivel de umbrales, y es de suponer que todo el yacimiento haya servido a las gentes de la zona de “cantera” opcional para el aprovisionamiento de piedra durante siglos. Además de los muros conservados, al interior de los recintos aparece un nivel de relleno de lajas de piedra que aún no sabemos si corresponden al enlosado del suelo, al desprendimiento de una hipotética cubierta de lajas o, quizá, a ambos.
Al exterior del recinto, en la zona oriental, aparece un enlosado que podría corresponder a un espacio común de paso hacia otros espacios que, si bien no habían aparecido todavía, se intuían.
Los restos materiales hallados en la intervención de 2009 fueron muy escasos, quizá por la acusada acidez del PH del suelo, que haya podido influir negativamente en la conservación de los mismos. Sin embargo, hay que destacar el material de hierro, realizado mediante forja de herrero, y un buen número de ladrillos de arcilla cocidos que formaban parte de un horno de sección circular, ubicado sobre el nivel de lajas del recinto nº 1, lo cual refleja una ocupación estable .
Las estructuras murales puestas al descubierto recordaban desde un principio a los restos constructivos aparecidos en Aloria, un yacimiento de época romana en el Valle de Arrastaria, perteneciente también al municipio de Amurrio. La datación por análisis radiocarbónico ha proporcionado una fecha situada entre los últimos años del siglo I y finales del siglo II, correspondiente al período romano de la dinastía Antonina, lo cual ha venido a corroborar nuestras sospechas iniciales.
Trabajos de acondicionamiento en 2010
La importancia del yacimiento arqueológico de Elexazar nos obligó a replantear nuevas estrategias antes de abordar una segunda campaña de excavación. Así, las principales actuaciones efectuadas durante el 2010 no han sido de carácter arqueológico sino de acondicionamiento del área protegida, lo que derivó en unas necesidades de recursos materiales y humanos que recogimos en un presupuesto económico, debidamente aprobado por el Ayuntamiento de Amurrio como propietario del lugar y principal entidad financiera del proyecto.
 Estos trabajos de acondicionamiento consistieron principalmente en:
1- Realización de un vallado amplio y permanente de todo el perímetro, dotado de dos accesos al interior, que permitiera preservar el yacimiento de la entrada de animales y personas que pudieran interferir en los trabajos arqueológicos posteriores.
2- Desbroce de toda el área del yacimiento, colmatado de espinos, helechos y otakas, incluidas determinadas podas a los árboles más altos del recinto.
3- Contratación de una pequeña máquina excavadora con el fin de desplazar los montones de piedra y tierra que fueron depositados a lo largo de la primera campaña de intervención y que, de alguna manera, veíamos que iban a interferir en el desarrollo de las excavaciones futuras.
La intervención de 2011
En el presente año se está desarrollando la II Campaña de excavaciones en Elexazar, iniciada en el mes de abril. La intervención se está centrando en el desbroce de toda la capa forestal o superficial del yacimiento, para obtener una visión en conjunto de toda su planta, estructuras murales y diferentes recintos y zonas adyacentes. Esto aporta un beneficio a la hora de abordar trabajos próximos, ya que nos mostrará más claramente las estrategias a seguir.
A día de hoy tenemos a la vista una gran estructura cuadrangular, de más de 15 metros de lado, y formada por varios recintos de diferente tamaño, todos ellos distribuidos en torno a un amplio patio central, siguiendo los modelos constructivos originarios del arco mediterráneo exportados al resto de territorios controlados por el Imperio Romano.
Separada de esta construcción principal por apenas unos metros hacia el norte, encontramos los muros de otro recinto situado al borde de un talud. Ambas construcciones se unen por un pasillo de losas localizado al este, utilizadas seguramente para caminar por ellas y evitar el barro que debía crearse en un terreno tan arcilloso como el de Elexazar.
Continuamos sin saber al día de hoy el momento en que surge este asentamiento de época romana, el momento en que se abandona y el porqué, así como las distintas fases que pueden operar en él y, lo más importante, la razón de su existencia, sus objetivos productivos y la función y perfil de las personas que lo pusieron en marcha y/o que lo atendieron y habitaron.
No obstante lo dicho, sí tenemos más información que en 2009, al hilo de los últimos hallazgos y avances en la excavación. En este sentido, hay que mencionar la abundancia de elementos de hierro, instrumentos, posibles herramientas y clavos, todos ellos producto de una forja que pudo haberse realizado in situ, ya que en el referido patio se ha encontrado un yunque de herrero fabricado en hierro y lo que puede ser –aun por excavar– el horno y taller de forja.
Pero no sólo hay que mencionar esta posible función relacionada con el afinado secundario del metal, destinado al trabajo de forja y producción de piezas e instrumentos, sino otra más primaria de la que se deriva ésta. Así, en la zona del talud situado al norte del yacimiento, se ha encontrado una masa de hierro de aspecto redondeada y de cinco kilogramos de peso, resultado de una reducción del mineral de hierro, presente en afloramientos naturales del entorno del yacimiento. Se trata de una hipótesis derivada de este hallazgo, ya que falta por descubrir el horno u hornos de reducción y la abundante escoria que origina este tipo de labores. Así mismo, se ha hallado escoria de plomo y elementos de este metal que podrían haberse fabricado in situ, lo cual no sería extraño, si tenemos en cuenta los afloramientos de blenda y galena localizados y explotados en la zona de San Antón, en Baranbio, a muy corta distancia de Elexazar y a una altitud similar.
De ser esto cierto, estaríamos ante un asentamiento de carácter industrial, relacionado con la producción de hierro y plomo a partir del propio mineral –ambos presentes en el entorno–, debidamente mezclado con carbón vegetal –producido con la abundante madera de los bosques que rodean el yacimiento–, y reducido en pequeños hornos adecuados para lograr tan altas temperaturas. Además, se desarrollarían labores de forja y transformación del metal en objetos útiles y/o lingotes para su posterior comercialización.  
Por último, es de reseñar el carácter funcional y práctico de la arquitectura de este tipo de establecimientos, diseñada para un fin productivo. No obstante, también debemos destacar otro tipo de funciones más relacionadas con lo espiritual, a tenor del ara taurobolio hallado en dos piezas de arenisca dentro del recinto de la construcción principal. El ara representa la cara de un toro en bajorrelieve, enmarcado por una doble cuerda rematada en frontón clásico y sin escritura alguna. Se trataría de un elemento unido al mundo de las creencias, un símbolo sagrado ante el que orar, sacrificar o pedir la necesaria protección para el propio individuo y/o para la buena marcha y desarrollo de todas las tareas desarrolladas en Elexazar.
El proyecto a futuro
Queremos que Elexazar se consolide como yacimiento en este 2011, para que pueda ser tenido en cuenta, en su justa importancia, dentro del panorama arqueológico de época romana con que contamos no sólo en Álava sino en todo el ámbito vasco y norte peninsular. Y creemos que sus características constructivas, su situación en altura y sus posibles objetivos productivos avalan nuestro deseo. Del mismo modo, habrá que investigar las posibles relaciones habidas con otras áreas y yacimientos conocidos, como el cercano Aloria, excavado entre 1989 y 1997. Por todo ello, estamos preparando un proyecto a futuro que consolide nuestras expectativas, y del cual se dará oportuna información a su debido tiempo.
Para finalizar, qué mejor que recordar los versos de Luis de Lezama y Urquijo (1826-1899), el anónimo poeta local que se atrevió a inmortalizar las hazañas legendarias de Fabián de Mariaka “El Fuerte”. Sin pretenderlo, fue premonitorio al hacer uso de la tradición oral sobre Elexazar:
"Y todos a dar las gracias
marcharon en procesión
al alto de Lejazar.
Allí adoraron a Dios,
allí existía su iglesia,
según es la tradición
y cuentan padres a hijos
y hay ruinas de tal mansión"

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