viernes, 20 de julio de 2012

El Libro del joven pastor, Andrés Luengas


 
El Libro del joven pastor, 
Andrés Luengas

        El pasado día 14 de julio de 2012 fue un día importante, no porque se conmemoraba la Toma de la Bastilla por el pueblo llano parisino que abrió las puertas a lo que luego sería el proceso conocido como Revolución Francesa –o, no sólo por ese acontecimiento–, sino porque en Ayala, en el pueblo de Zuaza/Zuhatza tuvo lugar el alumbramiento, plasmado en un libro, de la vida y “milagros” de un hombre –bueno y esforzado– que ha sabido dar sentido a la vida.
Dos momentos imborrables para la posteridad
        Así ha sido, lector/a que te adentras en este blog con la curiosidad de encontrar algo distinto a lo que nos tiene acostumbrado la red de redes de las nuevas tecnologías.
       Gracias al esfuerzo, tesón y perseverancia de otro hombre, Alberto, su hermano, el libro ha sido realidad, quedando impresa en unas humildes pero sentidas páginas la vida y el discurrir del quehacer cotidiano de Andrés Luengas Otaola, que casi nació pastor de ovejas, pues ya desde los 12 años se las deseó para desenvolverse él solo en un mundo inhóspito como es una sierra, en este caso, la sierra de Sálbada. Allí arriba, donde la presencia del lobo, el frío, las horas de soledad, el estar lejos de los suyos… dominan el espacio y el tiempo, se desarrolló el bautismo vital del joven y adolescente pastor.
         Como se dice en el prólogo del libro: “El autor nos traslada el pasado al presente en amena conversación; adentrándose con pequeñas pinceladas en el mundo pastoril ayalés, sirviéndole de guía su hermano Andrés. Haciendo desfilar topónimos, aparejos de trabajo y el vocabulario pastoril, junto al retrato de los pastores que vivieron aquella época dedicando toda su vida al mundo de las ovejas”.
         El libro, en donde su hermano Alberto en un encomiable esfuerzo deja escrito para la posteridad un modo de vida, una forma de ver la existencia, fue entregado a su protagonista este día tan señalado frente a su residencia zuhaztarra.
            Se podría decir que todo nació o fue el resultado del amor casi paterno filiar que ambos se profesan, si no fuera porque el biografiado y su biógrafo son hermanos de sangre.
           En las imágenes que dan soporte a esta breve presentación, bien contentos se les ve a ambos, en compañía de familiares y amigos que acudieron a esta entrega simbólica en propias manos del ansiado libro, trabajado y mimado como el pan recién salido del horno que a modo de símil refleja la última, o penúltima, faceta del polifacético en oficios y sabiduría: Andrés Luengas Otaola. Don Andrés, aunque a sus 86 años prefiera ser llamado y querido como Andrés.
           Ahora sólo queda desear que el autor de esta biografía encuentre tiempo (tal vez para después de las vacaciones veraniegas) para hacer la presentación a todos sus convecinos del Valle de Zuhatza, …a toda Ayala, para que conozcan quién fue “El pastor más joven de la Sierra Salvada”, título del libro que estas líneas han intentado dar a conocer. Y que, en un tiempo corto, se pueda disfrutar de su lectura y de las canciones que a modo de dedicatoria fueron compuestas para la ocasión, cantadas por un conocido barítono local.
Envoltorio del afamado pan ZERRABE
          Después del acto simbólico de la entrega del libro al protagonista del mismo, los presentes fueron invitados y agasajados con un lunch o aperitivo, en el que se degustó el queso elaborado en el cercano Valle de Okondo y el vino txakolí de Gordéxola, ambos producidos por Iker Ulíbarri Blanco
     Finalmente, fueron también obsequiados con el famoso Pan de Zerrabe, allí elaborado, precisamente, por Andrés y su familia.

NOTA 03/05/2021

Con hondo pesar hemos recibido la triste noticia del fallecimiento, este pasado 1 de mayo, de Andrés Luengas Otaola, a la edad de 95 años (en septiembre hubiera hecho 96 años), protagonista del libro de su vida y de esta entrada que hace referencia al mismo.

Hacemos partícipes nuestras condolencias a su familia y, en especial, a su hermano Alberto que tanto le admiraba y que para él no sólo fue su hermano sino también su “padrino”, su “hermano mayor”, al que recurría para su protección.

Goian bego.

Descanse en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario