martes, 31 de enero de 2012

“Padura” en Larrinbe y “Pardio” en Amurrio

“Padura” en Larrinbe y “Pardio” en Amurrio
     Sirva esta presentación para amonestar a la anterior corporación que en su afán de acercar los barrios abandonados y dispersos por los montes de Amurrio, acondicionó los caminos forestales con pavimento de aglomerado de cemento para el acceso de los vehículos a motor, pero que se olvidó en los tramos por donde cruzan los pequeños riachuelos de acondicionar un paso sobreelevado para ser cruzados por los paseantes y montañeros que en días de crecida o época invernal se hacen del todo difícil el vadearlos. Viene esto a colación por lo que más adelante se comentará cuando se llegue al paraje en cuestión.
     Para iniciar este recorrido entre los dos barrios, que transcurre en la mañana de este pasado domingo (29-01-2012), se sale de Amurrio en dirección a Larrinbe. (No es el recorrido ideal para este paseo, pues hay por medio una carretera de mucho tráfico, pero el cometido que se tiene al emprenderlo lo justifica). Al paso de la rotonda, que discurre por debajo del alargado puente de la variante que se dirige a Saratxo, nos sorprende la denuncia, en lienzo sobre el mural de hormigón armado, de los trabajadores de la empresa de transportes especiales “T. Acha S.L.” domiciliada en el limítrofe Valle de Llodio, a los que se les debe el pago de sus salarios. Siguiendo la carretera, se llega a la iglesia de Larrinbe donde se informa de la “entrada” que, sobre la rotulación de los barrios recientemente plasmada por su Junta Administrativa, este blog da cuenta en la anterior aparición del 26 de enero. (Ver Larrinbe rotula sus barrios).
Ermita de San Mamés en el barrio Orue
     Prosiguiendo por dicha carretera, la siguiente parada es su ermita de San Mamés en el barrio larrinbearra de Orue, pero antes de llegar a la misma se coge la desviación al barrio Padura. Sus primeras casas son elegantes chalés de la época de expansión de Amurrio plantados dentro de grandes espacios de terreno cultivable. Tras dejar atrás el primer caserío, le llega el turno al siguiente (el caserío ¿Uriarte?), que lamentablemente se encuentra en el -desgraciadamente- típico estado de abandono que se nos tiene acostumbrado por estos lares, con las excepciones que siempre las hay.
Caserío... ¿Uriarte?
    Se sigue el camino asfaltado hasta el final del mismo (caserío Aspuru), donde reparamos en unas vistosas y coloristas calabazas, a las que tras fotografiarlas, el casero amablemente nos estimula para que te lleves alguna, lo que hacemos gustosos. Elegimos la nieta de doña Ruperta y otra en forma de huevo de avestruz con vivos colores. 
     El camino, ahora sin asfaltar, lleva a la Depuradora de Aguas del pueblo en el límite con Amurrio, pueblo al que se puede llegar pasando cerca del caserío Larra. No obstante, nosotros torcemos antes, a la derecha, por Altarraketa, para seguir el camino hacia el barrio Pardío. Toca bajar, llegando al pequeño riachuelo que con las últimas lluvias caídas se hace difícil franquearlo, pues con la idea de facilitar el paso de los vehículos, incluso turismos, el asfaltado con aglomerado de cemento del camino se aplicó también al paso de los arroyos, y para aliviar el agua que lleva el arroyo se solventó con un tubería de pequeño diámetro que en épocas de lluvia no soporta la gran cantidad de agua que fluye por el arroyo, inundando la zona de camino transitable.
A la izda. estaba el puente
     En este punto concreto hay que denunciar que la anterior corporación, a raíz de cementar este camino, destruyó el pequeño puente que a modo de troncos enlazados y con pasamanos solucionaba el vadear del arroyo, los días de grandes precipitaciones, para los que por allí se encaminaban. Ahora o te mojas al intentar traspasarlo o te das la vuelta. Una tarea de la actual corporación es propiciar que los paseantes y amantes del monte no tengan que pasar por esta dificultad, que las abundantes lluvias propician por falta de previsión. Vídeo http://youtu.be/VldSPg8d3aA
    Prosiguiendo el paseo, nos sale al encuentro el inicio del recorrido de un Naturbidea, señalizado con su característico punto de color sobre una traviesa en vertical. Pasado el repecho, comprobamos el cercado de piedra que alberga vivero en estado de abandono y una enorme haya que nos invita a proseguir la subida definitiva que nos llevará al barrio Pardío (hoy formado por un solo caserío). Subiendo la siguiente cuesta, nos damos la vuelta para contemplar la sierra de Sálbada que cierra el horizonte, al sur de donde nos encontramos.
Abajo Mariaka. Arriba proa de varios montes
    Debajo, a nuestros pies, se puede ver la antigua Casa Torre de Mariaka, ahora humilde caserío en desuso. En este trayecto de subida y al final de la misma nos acompaña a nuestra derecha la nueva plantación de cepas de txakoli, que en el terreno superior de la finca ha arramplado con las cuatro paredes que aún permanecían en pie del otro caserío que conformaba el barrio Pardio y “que fue un hermoso caserío”, en palabras de Federico Barrenengoa. No ha quedado visible nada del mismo, apenas el camino antiguo que transcurre por delante y que se dirige al otro caserío –Pardiogutia–, 100 metros más arriba. (Ver la foto siguiente con restos de la pared del camino que pasaba por delante y el vídeo http://youtu.be/PEy0ItUUvOA).
Aquí estuvo el caserío Pardio de Abajo
Este se mantiene enhiesto y en buen estado de conservación, por lo que a la fachada exterior se entiende. En la cabaña anexa, resalta una cruz tallada en piedra. Y junto al mismo aún se mantiene en pie la despensa, con cubierta y excavada en el subsuelo, que servía para la conservación de los alimentos y que hoy día sufre de inundación perpetua, más estos días, que se traduce en la salida de un pequeño riachuelo que desahoga el agua excedentaria de la misma.
caserío Pardiogutia basetxea
     Aquí se termina este recorrido mañanero de este domingo. Pidiéndoos seáis benévolos si encontráis cierta sencillez o simplicidad en la redacción de este artículo, pero ha sido intención escribirlo rápidamente y sin más remilgos literarios.
      La vuelta, para salirnos de la rutina, la hacemos evitando los caminos tradicionales, convirtiéndonos en unos auténticos exploradores del paisaje, salvando los arroyos y riachuelos que estos días son verdaderos ríos, como el Mariaka que lo vadeamos con cierta pericia y aplomo, aunque con el riesgo de sumergir el calzado debido a la anchura, al caudal y a la velocidad con que corre en esta época.
El Mariaka a los pies de Mariaka
       Los sentidos se deleitan con el sonido de los rápidos, cascadas y el fluir incesante de sus bravas aguas. Ya en el barrio Orue de Amurrio, viene a incordiarnos un mastodonte, también llamado perro mastín, que es igual que uno pase a medio kilómetro de sus dominios. Ahí que te viene con una mala leche que te hace sentir que tu integridad física corre verdadero peligro.

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