martes, 13 de diciembre de 2011

El caserío que venció a la carretera pero sucumbió a la acera

Caserío a desaparecer, dirección Luiaondo (Norte), con sus horas contadas... si nadie lo remedia
El caserío que venció a la carretera pero sucumbió a la acera
        El caserío que tienes presente, ante tus ojos, tiene escrita la fecha de su defunción. Al parecer, según recoge la prensa estos días, el Ayuntamiento ha decidido que estorba, puesto que impide la continuidad de la acera que a su lado pasa. Dicho con las palabras con que una periodista local da la noticia, el caserío “invade parte del terreno por el que debería transcurrir la acera”. Vamos, que en el tiempo que llevan acondicionando este tramo de la antigua carretera N-625, el caserío ha ido avanzando e invadiendo la zona de la futura acera. ¡Milagros de la naturaleza!
        Este tramo de carretera que comienza a la altura del Palacio de Justicia y termina en el final del barrio de San José o Zabaleko, tras perder su sentido de carretera, al ser trasladada la misma al extrarradio del centro urbano de Amurrio, se ha convertido en una calle más del pueblo. Para ello, para darle una estética de tal, el Ayuntamiento anterior comenzó las obras de transformación y, consiguientemente, de renovación de la carretera en calle. Entre otras actuaciones, el estrechamiento de la calzada, al dejar de ser ya una carretera convencional.
Con malla tras el paso de la ciclo génesis
       Pero hete aquí, que el caserío ahora –en una situación anterior, no era mayor obstáculo–, incluso con el estrechamiento de la calzada que posibilita mejorar la acera que transita a su lado y que al otro lado de la misma la acera reservada en anchura es mucho mayor, estorba y es necesario su derribo.
       Y una cosa que menos se entiende es que ahora, que por dicha calle el tráfico de vehículos es mucho menor, pues ya no es carretera obligada de paso, se tenga que derribar. Derribo que igual estuviera justificado cuando junto a sus gruesos muros pasaba la carretera del Señorío, es decir, la carretera denominada después N-625. Hoy los argumentos a favor de su derribo no se sostienen.
       El resultado final de la remodelación de esta calle (o ¿hay que seguir denominándola carretera?) por lo que el día a día deja ver, parece indicar que de estrechar la calzada (pues ya no es vía principal de paso de vehículos) nada de nada. Es más, se diría que la misma ha sido ensanchada. Si uno se fija en el caserío en cuestión, antes junto a él pasaba una acera que posibilitaba el paso de una silla de niñx. Ahora es todo lo contrario. ¡Claro! Como se va a derribar el caserío… 
       Las obras, en fase final, dejan ya entrever que será una “calle” con una larga hilera de aparcamiento para coches en un trayecto de más de 600 m, dando al traste con la posibilidad urbanística de haber emprendido una actuación de integración y unión del citado barrio con el centro del pueblo –a modo de especie de boulevard– para que tuviera vida el entorno de la “calle”. Al final la hipotética remodelación de la antigua carretera en calle se ha quedado, dicho en pocas palabras, en el acondicionamiento de la misma para aparcamiento puro y duro. Todo lo demás, aceras, bidegorri, etc., aunque sea nuevo, sigue igual, menos el caserío que desaparecerá ¡otro más! de la memoria y de la faz del pueblo. 
       Parecía que la afición por derribar y hacer desaparecer todo lo que no guste, o esté trasnochado en las mentes de las autoridades municipales amurriarras era más propia de la etapa en que imperó la larga "dictadura" democrática del anterior alcalde D. Pablo Isasi, pero por los hechos aquí presentados, ello no parece ser verdad. El actual Ayuntamiento se estrena con prontitud en esta gran afición de a ver quién derriba más y en menos tiempo.
          Un tirón de orejas para la periodista de “El Correo Español”, que se ve, por cómo da la noticia, que debe ser propio de ella informarse sin siquiera salir de casa. Debería saber que ese inmueble del que habla, que esa antigua platería de “Landaburu kalea”, no es ningún pabellón industrial o pequeña edificación exenta dedicada al sector secundario, como la información deja entrever, sino que es un caserío que ha ejercido de tal, aunque en un tiempo sus bajos se utilizaran para la actividad industrial de la platería. La “periodista” en ninguno de sus pasajes lo llama caserío.
Viniendo de Saratxo (Sur) junto a la Ctra. del Señorío (luego N-625)
         Este caserío tiene su gemelo en el otro extremo del pueblo, en la parte sur, viniendo de Orduña, vía Saratxo. Siendo ambos caseríos principio y final del casco urbano del Amurrio de la época; especie de hitos plantados en el mismo lado de la carretera y con la misma orientación hacia el sur. Guardando ambos una semejanza, una simbología y ubicación sobre el terreno idéntica, lo que da pie a hacer conjeturas y a estudiar el porqué de tales coincidencias.
          El primero (el situado al sur), a la altura de “Garaje YAS”, tuvo como último morador al que fuera el último alcalde de la República en el Ayuntamiento de Amurrio, Tomás Quincoces San Martín, quien ostentó la alcaldía durante unos pocos meses, hasta la caída de Bilbao y retirada del Gobierno Vasco hacia Santander. Fue sustituido el 26 de junio de 1937, en la alcaldía del Ayuntamiento de Amurrio, por Antonino Sarasola Saratxaga.
         Como nota, añadir que en este caserío era visible una placa blanca realizada en cerámica, comúnmente llamado azulejo, que con letra en azul aparecía escrito la denominación de la calle, titulada "Navarra", en alusión a los naturales de esta provincia que sirvieron en la causa del llamado "Alzamiento Nacional". Aunque tiempo ha que dejó de ser oficial dicha denominación, el azulejo en sí perduró colocado en la esquina delantera que da a la carretera hasta hace unos 20 años, cuando alguien cayó en la cuenta de que no tenía lugar su pervivencia. En honor a la verdad, hay que decir que era una pieza de cerámica de cierto valor artístico, no así el contenido de la misma, por lo que representaba.
Caserío al Sur de Amurrio
Caserío al Norte de Amurrio
NOTA 15-05-2012
       En el día de ayer se procedió a derribar el caserío (al Norte de Amurrio) que, desde el mes de diciembre del año pasado, tenía firmada su sentencia de muerte. Un ejemplo más del Amurrio sin historia urbana... y sin otras cosas más.

 

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